LA ROSA DE LA MUERTE

 

LA ROSA DE LA MUERTE

PLACETA DE MANUEL RIBÉ / CALLE ARC DE SANT RAMON DEL CALL

En el barrio judío, rodeada por la Calle Arc de Sant Ramón del Call y la Placeta de Manuel Ribé, se encuentra una casa que lleva en pie desde la Edad Media. Esta pequeña construcción de dos plantas es actualmente el museo judío medieval de Barcelona.

Durante la Edad Media, uno de sus propietarios fue un tejedor de velos llamado Jucef Bonhiac. Hubo otro que se dedicaba a la alquimia y vivió una historia horrible. Este ultimo, tenía una hermosa hija que era constantemente cortejada tanto por judíos como por cristianos. La joven, empezó una relación en secreto con un caballero cristiano. Desgraciadamente, en aquellos tiempos, el amor entre personas de estas religiones no estaba bien visto por la sociedad.

Al cabo de un tiempo, la chica empezó a pensar en el matrimonio. Le propuso al chico que hablara con el alquimista, para pedirle la mano de su hija, pero el joven prefirió seguir con el noviazgo en secreto. La joven judía, decepcionada, decidió acabar con la relación. El caballero, lleno de ira, ideó su venganza.

Acudió a casa del alquimista y le encargó que elaborase alguna especie de veneno disfrazado. Algo que pareciese un bonito obsequio pero que en realidad sirviese para provocar una muerte lenta y dolorosa. El judío preparó una rosa impregnada en un veneno que al olerse provocaba la muerte.

Una noche, el caballero cristiano se acercó bajo el balcón de la bella judía para cortejarla y disculparse por lo sucedido, prometiendo que si tenía intención de casarse con ella. Como disculpa, le entregó la rosa a la muchacha, y al olerla, cayó enferma al suelo, entre dolor y convulsiones.

La mañana siguiente, el padre encontró a su hija agonizando en el suelo. Al reconocer la rosa venenosa que el mismo había elaborado, descubrió que había asesinado involuntariamente a su hija. Tras la muerte de la chica, el enfurecido padre, en un ataque de ira, hechó una maldición sobre la casa y se marchó para no volver nunca mas. Desde entonces, ningún inquilino pudo vivir allí en paz sin ser víctima de todo tipo de desgracias. Los vecinos se han llegado a quejar de ruidos extraños que provienen de la casa.

Si te atreves a visitar el museo judío, ve con cuidado, podrías ser víctima del hechizo del alquimista.

Fotos hechas por mi:

Entrada al museo judío desde la Placeta de Manuel Ribé. 


Fachada de la casa. Encima de la puerta gris se encuentra el balcón al que se asomó la judía y vio al caballero cristiano obsequiándole la rosa que la llevó a la muerte. 

Fachada de la casa. Encima de la puerta gris se encuentra el balcón al que se asomó la judía y vio al caballero cristiano obsequiándole la rosa que la llevó a la muerte. 

Fachada de la casa desde la Calle Arc de Sant Ramón del Call. 

·Balcón al que se asomó la judía y vio al caballero cristiano obsequiándole la rosa que la llevó a la muerte. 

El mismo balcón desde el interior de la casa. 

Interior de la casa. 

M.G. de Mena


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